El tratamiento con Plasma Rico en plaquetas es una novedosa técnica que permite aislar y utilizar los factores de crecimiento (proteínas) presentes en la sangre del propio paciente para potenciar, acelerar y estimular la regeneración de los tejidos. Se produce de esta manera una atenuación de las arrugas y un aumento del grosor y tersura de la piel logrando un aspecto más joven.

Paso 1: Antes de cada sesión es necesario efectuar una limpieza de la zona a tratar y, para evitar las molestias de los pinchacitos, se aplica una pomada anestésica o frío local.

Paso 2: El especialista extrae la sangre del paciente: La sangre se extrae del antebrazo. Igual que un análisis de sangre, la extracción tiene una duración de 5 a 10 min.

Paso 3: Centrifugado de la muestra de sangre: El centrifugado de la muestra extraída se realiza a 2800- 3000 rpm durante 9-10 min. La sangre obtenida será el ‘plasma rico en plaquetas’.

Paso 4: Aplicación del PRP: aunque la profundidad de las inyecciones depende del tipo de piel y la patología a tratar, lo habitual es que se apliquen microinyecciones a nivel intradérmico para que penetre y estimule las células epidérmicas.

Los factores de crecimiento tienen que actuar estimulando el tejido; por tanto, no hay un resultado instantáneo. Los efectos aparecen con el paso de los días y aumentan a medida que éstos transcurren. El efecto es máximo a los 20-30 días tras el tratamiento

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